A gran escala, lo hemos visto en Australia, en la campaña 2019-2020, en California 2020, pero sin retroceder tanto en el tiempo, también lo hemos visto a principios del 2023 en Chile, y ahora, desde mayo, en Canadá.

Más de cuatro meses seguidos de incendios rápidos, intensos, y que han obligado en distintas ocasiones, a evacuar poblaciones por poner en riesgo a la sociedad. Por otro lado, desde el punto de vista de la extinción, el gobierno se ha visto en la necesidad de solicitar ayuda internacional, donde colaboraron más de una decena de países de los distintos continentes, y muchos de ellos todavía continúan.

¿Qué tal grande es el país de Canadá? Muchas veces, por la proyección utilizada en los mapas, las dimesiones están un tanto distorcionadas. En estas imágenes, superponemos Canada con Sudamérica (izquierda) y con Europa y África (derecha). Fuente: https://www.thetruesize.com/

 

Características del episodio

Según los datos oficiales del National Wildland Fires Situation Report, la superficie quemada a la fecha supera los 17.5 millones de hectáreas, más de un 650% por encima del promedio de los últimos 10 años, que incluso para Canadá, un país muy extenso, es una cifra inconcebible. El dato interesante en esta comparación es cuando vemos la cantidad de incendios respecto la normal que, si bien también es mayor, la relación no es tan abismal. Esto quiere decir que no es extraño que ocurran incendios en Canadá, y en cantidad sobre todo al oeste del país.

Izq. Cantidad de incendios por provincia y total país. Der: Área quemada (en millones de hectáreas) por provincia y total país. Fuente: National Wildland Fires Situation Report.

Pero lo distinto ahora, es que la parte este también fue el escenario de grandes incendios y además, la fecha en la que tiene inicio este episodio se anticipa al pico de ocurrencia normal, que suele darse entre los meses de julio y agosto. En este sentido, son las condiciones ambientales las que facilitaron en esta ocasión la posibilidad del fuego de propagar rápidamente y las complicaciones consecuentes para su extinción, gracias a un patrón meteorológico anormalmente cálido y seco.

En lo que va del año, se batieron diferentes máximos históricos de temperatura y mínimos de precipitación, que al igual que ocurrió este año, por ejemplo, en parte de la península ibérica, la sequía ya se venía arrastrando desde el año pasado. Las condiciones meteorológicas se volvieron más extremas con la mayor recurrencia y permanencia de olas de calor, y la falta de lluvias efectivas. Muchas de las tormentas, son incluso secas y acompañadas de rayos, que si se suman al combustible disponible, rápidamente son capaces de dar inicio a nuevos incendios en sitios remotos.

Experiencia de trabajo con Canadá

Mercedes Bachfischer, investigadora y miembro de nuestro equipo TEP, bajo la figura del FAST y dentro del grupo de analistas en remoto, tuvo la posibilidad de acercarse más a esta emergencia. Pero, por otro lado, no fue la única dentro de la comunidad TEP ya que uno de nuestros actuales alumnos, David Urueña, coordinador en el servicio UDIF de la Región de Murcia, de la empresa ORTHEM, también lo vivenció e incluso en Canadá mismo, al formar parte del equipo de extinción que envió España.

Es a partir de sus relatos, que ponemos un poco más de luz en el tema y hablamos sobre las características y la forma de trabajo en incendios como los que se estuvieron dando allí.

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El equipo fue destinado a un sitio dentro de la provincia de Quebec, que aunque se encontraba bastante más al norte de los principales poblados, el objetivo era proteger las vías de comunicación más importantes y las líneas eléctricas de alta tensión. Cabe también mencionar que dada la extensión del país (siendo el segundo más grande del mundo), existe un límite geográfico imaginario a partir del cual, todos aquellos incendios que ocurran a una latitud por encima de esta no serán prioritarios de trabajar y por lo tanto, se encontrarán en libre propagación.

Comparación del mapa con ubicación de todos los incendios en lo que va de la temporada actual (con una importante concentración de áreas quemadas tanto al este como al oeste del país) vs la ocurrencia de incendios a lo largo del 2022. Fuente: GWIS

En cuanto a las características del sitio, distinto de lo que predomina en España, la vegetación tiene un rol determinante en el tipo de incendio y por lo tanto, las maniobras posibles de ejecutar. Hablamos de un sitio rodeado de lagos, turberas y bosque, cuya carga de combustible es sumamente elevada, e incluso la profundidad de la materia orgánica puede a llegar a bastante profundidad, entre lo que encontramos mantillo, troncos enterrados y raíces. Por el tipo de suelo normalmente anegado, también cabe destacar que las raíces de los árboles en general son muy superficiales y, por lo tanto, estos son fáciles de voltearse, lo que requiere de especial atención al momento de trabajar, para garantizar la seguridad del personal. Así también, en cuanto a la geomorfología, el terreno es bastante llano, sin grandes elementos de referencia que permitan orientarse. A su vez, en su mayoría, se tratan de sitios remotos, sin caminos ni infraestructura que facilite las tareas de extinción

Diferentes escenarios con los que se encontró el equipo español al trabajar en Canadá. Fotografías de David Urueña.

Por lo que respecta al tipo de incendios en sí, destacar un comportamiento binario a lo largo de las semanas, es decir, días intercalados de mucha actividad extrema, y otros donde el frente no avanzaba considerablemente, pero incluso también en cuanto a su comportamiento a lo largo del día… propagando por musgo superficial y en pocos minutos, antorchar un árbol. Esto responde a las condiciones meteorológicas diarias que, ante el establecimiento de un centro de alta presión, con aumento de temperaturas y baja recuperación de humedades durante la noche, se lograba secar el combustible fino, dando lugar así, al aumento de la velocidad de propagación del fuego, al número de reigniciones posibles, y a la capacidad de potencial de retorno. A su vez, con el estado de sequía de meses acumulados, ante la presencia de fuego, entra otra vez en juego todo el complejo de combustibles.

Se trata de un escenario donde el incendio superficial logra antorchar, no quema áreas de forma pareja, no consume la totalidad del combustible, y a su vez, puede penetrar en profundidad y ser indiferente a las lluvias débiles y poco persistentes que ocurran en la zona. Esto era posible por el grado de estrés hídrico en el que se encontraban todos los combustibles en general, y de ahí que era importante tener presente la posibilidad de latencia, el potencial de retorno, y ante la generación de las altas intensidades la transición a un incendio convectivo que, en los peores días, logró en cuestión de horas, hacer carreras de más de 10 km.

Árboles antorchando, carga de combustibles y estado de los mismos. Fotografías de David Urueña.

La humedad del combustible, la presencia oxígeno, y el tipo y densidad del combustible influyen al momento de permitir que el fuego pueda acceder a mayor profundidad y el tipo de propagación. En algunos sitios incluso, con condiciones puntuales, los combustibles o suelos también pueden volverse hidrófobos y repeler el agua.

Tal como vemos en nuestras clases, dentro de TEP, la caja de herramienta es muy vasta y lo importante es saber cuándo las maniobras simples son suficiente o cuándo hay que sacar provecho de los recursos que disponemos y combinarlos, entre lo que nos podemos plantear enfriar y aumentar la humedad del combustible, restringir el oxígeno o separar el combustible quemado del no quemado.

Así, en el escenario descripto, principalmente se utilizaron motobombas portátiles y tendido de mangueras para trabajar con líneas de agua, con el objetivo de aumentar el contenido de humedad de los combustibles y evitar que el fuego saltase puntos críticos según la estrategia planteada. Llevar a cabo esta tarea, requiere grandes volúmenes de agua, más cuando es la principal maniobra que se ejecuta, pero este recurso en sitios así no es una limitante, sino más bien, lo es la cantidad de personal a disponer para designar a extensiones tan grandes.  

Por otro lado, se trabajó también con herramientas manuales, como el tajamatas, o la motosierra, para eliminar combustibles superficiales, alejar el material en llamas, poco profundo, del adyacente sin quemar, separar combustibles y permitir la penetración del agua. También clave, utilizar estas herramientas para despejar accesos, aumentar la seguridad, la eficiencia y la eficacia de las líneas de defensa y del agua utilizada. A nivel seguridad, destacar aspectos como el no trabajar de noche ni tampoco si no hay algún helicóptero operativo en el aire.

En partes de estos incendios, por las grandes distancias y la dificultad de extinguir definitivamente el fuego, con el fin de dar prioridad operativa a sitios de más potencial, se opta por permitir que el fuego continúe ardiendo hasta detenerse, principalmente porque llega a capas minerales inertes más profundas o a combustibles demasiado húmedos para mantener activa la combustión. Eso no quita que, si esto otro no ocurre, pueda mantenerse latente de una temporada a la siguiente, si aun encontrándose en profundidad, tiene las proporciones mínimas de oxígeno y combustible disponible para consumir, más allá de tener en superficie nieve.

Un contexto y escenario distinto al de los incendios que vemos habitualmente, pero que, ante situaciones de sequía y recurrencia de olas de calor, puede que lleguemos a vivenciar con más frecuencia. Por ello, es el momento de aprender aún más y anticiparnos en conocimientos y capacidad de gestión de eventos como estos, con el fin de evitar el colapso de los servicios de extinción y garantizar la seguridad de la sociedad en general.

 

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