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Venimos de pasar semanas que serán difícil de olvidar en la Península Ibérica. Los incendios extremos que hemos vivido durante el mes de agosto en España y Portugal mostraron, una vez más, la magnitud de un problema que ya no es local ni estacional: simultaneidad de incendios que persisten a lo largo de los días, propagan masivamente a velocidades elevadas y poco frecuentes para esas zonas, que desafían la capacidad de extinción de cualquier dispositivo.

Hablamos de más de medio millón de hectáreas quemadas entre estos dos países, espejo de lo que ya ha ocurrido anteriormente: el episodio del arco mediterráneo en 2022 o la simultaneidad a nivel país que se vivió en Chile y luego en Canadá, en el 2023, por nombrar los ejemplos más recientes. Esto evidencia que el fenómeno es global y que los factores que lo impulsan —ola de calor, sequías prolongadas, acumulación de combustible y cambio climático— se repiten en distintas latitudes.

Ante esta realidad, la pregunta es inevitable:
¿Qué estamos haciendo mal?

Más recursos no siempre significan más eficacia

La respuesta no pasa por acumular más aviones, más brigadas o más camiones. Los incendios extremos han demostrado que, en determinados escenarios, ninguna cantidad de recursos es suficiente para contenerlos porque nos superan en capacidad por velocidades inalcanzables o intensidades frente a las cuales no podemos posicionarnos.

El verdadero reto es trabajar con mayor seguridad, eficiencia y estrategia, tanto en la emergencia como en la preplanificación del territorio.

Es aquí donde surge la propuesta de TEP (The Emergency Program) de no solo capacitar a los equipos de extinción para tomar mejores decisiones bajo presión, sino también brindar herramientas de análisis y gestión para anticiparse al incendio en la extinción desde la planificación del territorio.

En otras palabras: se trata de cambiar el paradigma. Dejar de pensar solo en apagar, ser reactivos, y empezar a diseñar paisajes y planes que reduzcan la vulnerabilidad antes de que llegue el fuego. Ser proactivos.

TEP, una solución reconocida a nivel internacional

Este cambio de mirada llevó a TEP a ser reconocido como una de las soluciones innovadoras seleccionadas en el marco del proyecto europeo FIRE-RES, dentro del Open Innovation Challenge impulsado por la Community of Wildfire Innovation (CWI).

De entre 75 propuestas presentadas por 20 países, solo unas pocas fueron seleccionadas para proyectos piloto, y TEP fue una de ellas, gracias a su enfoque formativo basado en la Metodología de Polígonos de Potencial del fuego, desarrollado por Bombers de la Generalitat de Catalunya. Una herramienta que conecta el conocimiento operativo con la planificación estratégica y que facilita tanto la toma de decisiones en plena emergencia, como la elaboración de planes preventivos.

Con este aval internacional, se pudo ejecutar el primer proyecto piloto en Chile, en la región del Biobío, entre enero y junio de 2025.

Imagen: Ubicación del Living Lab de Chile en la Región de BioBío, donde se destacan en rojo las huellas de los incendios del episodio en 2023.

Chile: una oportunidad para innovar en prevención

Los objetivos que se buscaba cumplir con el proyecto piloto eran:

  • validar el modelo de formación propuesto por TEP,
  • validar la metodología de análisis mediante Polígonos de Potencial, como herramienta para la toma de decisiones en emergencia
  • validar la metodología de polígonos para la identificación de Zonas Estratégicas de Gestión (ZEG) para los Planes de Prevención ante Grandes Incendios Forestales (PPGIF).
  • encontrar puntos de mejora o de adaptación de la metodología para la realidad de Chile.

El Living Lab del Biobío fue el escenario elegido para llevar la teoría a la práctica y la experiencia se dividió en dos fases:

  1. Formación online con sesiones sincrónicas, centrada en el análisis de incendios forestales, la clasificación de incendios tipo y el uso de polígonos de potencial para apoyar la toma de decisiones en la extinción.
  2. Workshop presencial en Concepción (de 5 al 9 de mayo de 2025), donde se involucraron 25 profesionales de CONAF y CORMA —comandantes de incidente, analistas de incendios y técnicos de preplanificación, más 2 instructores de TEP y un experto externo.

Imagen: presentación del Workshop y resolución de casos prácticos en el banco de arena. Mercedes Bachfischer, coordinadora de la formación e investigadora en TEP.

Durante el workshop, se reconstruyeron incendios históricos de la región, se practicó la metodología sobre mapas de polígonos y se identificaron Zonas Estratégicas de Gestión (ZEG) también conocidos como Puntos Estratégicos de Gestión (PEG).

Imagen: expertos de CONAF y CORMA en el Workshop que tuvo lugar en Concepción, Región de Bío Bío, Chile,  entre el 5 y 9 de mayo de 2025.

Conceptos clave: de la teoría a la práctica en Biobío

El proyecto piloto permitió validar en Chile conceptos fundamentales que deben guiar la gestión y prevención de los incendios extremos.

Si hablamos de anticiparnos a estos escenarios, es clave apostar por los Planes de Prevención de Incendios Forestales (PPIF), una herramienta que fija criterios para planificar y dimensionar una serie de infraestructuras que eviten o minimicen el continuo avance e impacto de un gran incendio forestal (GIF).

Para desarrollar un producto que sea coherente con la realidad a abordar, no basta con realizar un análisis exhaustivo del territorio. También es esencial analizar y reconstruir los incendios históricos, con el fin de definir los parámetros de aquellos escenarios para los que se deben diseñar infraestructuras y planificar acciones específicas en zonas estratégicas. Estas acciones deben estar alineadas con posibles maniobras de extinción previamente diseñadas para esos incendios. Así, la colaboración entre los profesionales que llevan a cabo las labores de extinción y los agentes encargados de la prevención es clave en la fase de preplanificación.

Durante el workshop, los participantes compartieron sus conocimientos sobre incendios forestales previos, trabajando juntos en una metodología para el diseño de Planes de Prevención que combina experiencia y un análisis detallado de incendios forestales. En este sentido se trabajaron conceptos como:

  • Incendios tipo y Zonas de Régimen Homogéneo (ZRH): clasificando escenarios probables en función de sus factores dominantes de propagación.

Imagen: trabajo de uno de los equipos en la identificación de las Zonas de Régimen Homogéneo, en la Región de BioBío. En la Cordillera de los Andes, incendios topográficos con influencia del viento del Este que provoca contravientos. Zona de costa del Pacífico, incendios topográficos y topográficos con influencia de viento de sur e influencia de la brisa marina y la zona central del valle, con incendios de viento con viento de Sur – Sur este.

  • Incendios de diseño: definiendo escenarios de referencia que marcan el máximo potencial destructivo de una región.
  • Polígonos de potencial: reconstruyendo incendios históricos para determinar de qué manera las oportunidades y los límites del terreno habían condicionado la propagación real del fuego. Los polígonos de potencial en esta metodología son áreas del territorio donde el fuego puede propagarse de forma homogénea o zonas delimitadas por cambios en topografía, combustible o infraestructuras.
  • Polígonos emisores: identificando estos polígonos como zonas críticas cuya pérdida dispara la propagación del fuego hacia múltiples frentes.

Imagen: reconstrucción de incendio de diseño por polígonos potencial de la ZRH del Valle Central de la Región de BioBío, Chile.

  • Zonas o Puntos Estratégicos de Gestión (ZEG o PEG): transformando polígonos emisores en estas zonas estratégicas que son lugares donde la prevención debe concentrar esfuerzos (quemas prescritas, tratamientos mecánicos, pastoreo, infraestructuras) para convertir vulnerabilidad en oportunidades de extinción.

Los participantes pudieron convertir teoría y conocimiento en decisiones prácticas: dónde invertir mejor, recursos preventivos para aumentar la eficacia operativa en el futuro y la seguridad de las maniobras.

Imagen: expertos del grupo Comandantes de Incidente de CONAF dibujando las conexiones entre polígonos y haciendo la puesta en común con el resto de los participantes.

Resultados: validación, entusiasmo y una nueva visión

El aprendizaje fue claro: la preplanificación, cuando se diseña desde la mirada de quienes  trabajan en la extinción de incendios, se convierte en la base de la seguridad y la eficiencia operativa. Y a su vez, se constató que esta conexión entre formación online y aplicación práctica es lo que hace única a la propuesta de TEP. No enseñamos conceptos en abstracto; enseñamos a usarlos en el terreno, con incendios pasados y con la propia experiencia de los equipos que enfrentan el fuego cada día. No queremos quedarnos en solo transmitir conocimiento, sino que apostamos por formar para transformar la práctica real.

Los participantes destacaron la aplicabilidad directa de la metodología, tanto en la extinción como en la prevención. Muchos coincidieron en que el taller no solo les dio nuevas herramientas, sino que les mostró una posible hoja de ruta para hacer frente a estos Eventos Extremos por incendio Forestal, (EWE por sus siglas en inglés).

Desde TEP queremos agradecer a todos los participantes por el esfuerzo realizado para que este proyecto piloto fuera exitoso. A su vez, esperamos que sirva para unir esfuerzos entre Agencias, empresas y propietarios en Chile, en la misión de proteger la sociedad y generar un paisaje resiliente ante estos nuevos desafíos.

Agradecemos también a las organizaciones CONAF y CORMA por el apoyo prestado y la confianza depositada en TEP para la ejecución de este proyecto piloto.

De Chile al mundo: sembrando resiliencia

Para TEP, este proyecto piloto ha confirmado algo importante: el análisis de incendios forestales no solo es imprescindible para tomar decisiones durante la emergencia, sino que también es imprescindible para crear un paisaje más resiliente, preparado para combatir grandes incendios forestales.

La experiencia vivida no se queda allí, lo aprendido se convierte en un modelo exportable, aplicable a otras regiones o países que enfrentan el mismo desafío. La semilla sembrada en Chile abre la puerta a replicar la metodología de análisis de incendios forestales para el diseño de Planes de Prevención en otras regiones o países. Esperamos haber contribuido a sembrar una semilla, a la hora de planificar sobre el territorio, con una mirada más operativa y ligada a la toma de decisiones durante la emergencia. Porque los incendios de la próxima temporada ya no se ganarán únicamente trabajando en el frente de llamas, sino analizando cómo nos preparamos nosotros y qué paisaje dejamos para el mañana.

El futuro de la lucha contra incendios empieza en la preparación

Desde TEP ofrecemos formación especializada, asistencia técnica y metodologías probadas para que agencias, empresas y comunidades fortalezcan su resiliencia ante incendios extremos.

Si tu organización quiere dar el siguiente paso en prevención y gestión del fuego, estamos listos para acompañarte.

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